lunes, 15 de julio de 2013

La pelicula de julio: Kitchen Stories (2005)

Una hermosa historia sobre la amistad
El argumento de esta poco conocida (pero maravillosa) historia se inspira en sus orígenes en un hecho real. En los años 50, un instituto sueco determinó que la distancia que las esposas suecas recorrían de media a lo largo de sus quehaceres en la cocina de sus hogares era, en total, y al cabo de un año, la misma que separaba Suecia de Brasil. Pues bien, en esta película, el mismo instituto quiere realizar un estudio parecido en los hogares de varones noruegos solteros. Así pues, una caravana de inspectores suecos parten a una región rural de Noruega para llevar a cabo su investigación, para lo cual deberán instalarse en la cocina de los campesinos solteros noruegos, sentarse en una silla parecida a la de los árbitros de los partidos de tenis, y anotar desde allí todos los movimientos de los sujetos de estudio. Por supuesto, y en como todo buen experimento científico, a los inspectores les está absolutamente prohibido interaccionar con los sujetos a los que estudian, con lo cual hablar con ellos sería inmediatamente castigado. Sin embargo, pronto se demostrará que es muy difícil poner límites a la comunicación entre los hombres, y lo que en principio es una convivencia obligada y por intereses egoístas, se convierte poco a poco en una tierna y conmovedora historia de amistad.
Película pequeña, pero realizada con esmero, que además de tratar sobre un tema tan clave como el compañerismo entre los hombres, sirve de puente dentre dos países que aunque vecinos no se llevaron muy bien del todo durante la época en que transcurre esta historia, como consecuencia de la diferencia de la postura de ambos durante la Segunda Guerra Mundial. No obstante, el entrañable film demuestra que las distancias entre países pueden ser superadas por los individuos, y también que la frialdad de la ciencia nada puede cuando se trata de las relaciones entre los hombres. Aunque parca en palabras de vez en cuando, en esta historia muchas veces son los gestos los que lo dicen absolutamente todo. Altamente recomendable para todo aquel que guste de los diminutos milagros del día a día.

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