martes, 1 de abril de 2014

El libro de abril: Los premios Hugo (1955-1961), presentados por Isaac Asimov.



Todos los lectores de Isaac Asimov son conscientes de que si hay pocas cosas que "el Buen Doctor" sabe hacer mejor que escribir cuentos y ensayos propios, es presentar historias, tanto suyas como ajenas. Así que cuando se tuvo que buscar un candidato a escribir las introducciones para una antología de los premios Hugo (uno de los certámenes más destacados en el área de la fantasía y la ciencia ficción), en las diversas categoría de relato, novela corta, etc, y se observó que Isaac Asimov no se encontraba entre los premiados, dudaron poco en ofrecérselo. Lo cierto es que, como dice el mismo Asimov, aquel era un regalo envenanado, pues uno, en su fuero interno (y en palabras del propio escritor ruso-norteamericano), tiende a pensar que cualquiera de sus relatos era mucho mejor que la inmensa mayoría de los premiados. Sin embargo, Asimov consiguió presentar un buen grupo de relatos que triunfó tanto que se hicieron posteriores antologías de los sucesivos premios. Quiero destacar especialmente este volumen (el primero, y que abarca de los años 1955 a 1961, una de las eras dóradas de la ciencia ficción), por dos motivos. El primero es porque tuve la oportunidad de leerlo personalmente, hace muchos años, cuando yo conocía pocos autores de ciencia ficción aparte del propio Asimov, y este libro me abrió la puerta a nuevos autores; el segundo es porque creo que, a ciertos niveles, determinados relatos no han sido todavía superados, o han servido de base, en escritores modernos, para otros igualmente sugerentes. Podéis encontrar la lista de relatos que engloba el volumen concreto en este enlace, e, intentando no destriparos demasiado, no entraré en profundidad en el argumento de ninguno de ellos. Pero sí que os destacaré la originalidad de "Todos los mares llenos de ostras", el privilegio de encontrar historias redactadas por maestros tales como Paul Anderson o Arthur C. Clarke, el hermoso canto del cisne que simboliza "El actor", o la enorme fuerza narrativa de "El gran patio delantero", que probablemente tenga ciertos ecos (con esto de las influencias nunca se sabe) en obras como "Carrie" de Stephen King o la reciente película "Looper", de Rian Johnson. Pero si una historia os quiero destacar es la originalísima (en un primer momento pensaréis que os habéis equivocado de edición) "Flores para Algernon", de Daniel Keyes, sinceramente el mejor cuento que yo haya leído nunca, y probablemente no sea el único que lo piense, pues ha recibido numerosos premios en ese sentido. Hasta el propio Asimov, por lo visto, no pudo resistir la tentación de preguntarle al autor (y aquí estoy destripándole la introducción al "Buen Doctor"), "¿cómo lo hizo?, ¿cómo lo hizo?", a lo cual Daniel Keyes respondió muy calmado: "Cuando lo averigües me lo cuentas, ¿vale? Me encantaría volver a repetirlo". Os recomiendo que busquéis también cuál es el secreto de Keyes. Y si lo encontráis, también, nos lo comentáis a los demás, que también ardemos en deseos de saberlo. Un saludo.

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